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Cada nueva noche, al despertar despues de 3 horas de sueño y demasiadas de realidad, me repito mi propio credo.
Vivo en mi mundo de secretos, mi dualidad entre lo que deseo y lo que puedo reconocer.
Tengo una meta clara, tengo la visión y las ganas... los medios van apareciendo y los caminos se aclaran.
Sigo creyendo que un mundo mejor es posible, y al creerlo, la fantasia puede volverse real.
Ha sido una larga noche sin sueños, y empieza un nuevo día de trasmitir esperanza en gotas de consuelo.