En el desierto de lo real

Así de sencillo... por un día en el año, sin importar si somos moros o cristianos, budistas, adoradores del fuego, cientologos.. no importa si adoramos a la madre naturaleza o invocamos demonios... un día al año, una parte importante del mundo occidental cree en el amor y la paz.
Por unos segundos cantamos villancicos y seguimos construyendo lo único que le da significado a nuestra vida... la inocencia en los ojos de un niño (en mi caso, dos niñas).

Allí están en la sala, esperando sus regalos, los nuestros y los del viejito pascuero.
Quizas esta noche reciban una carta del viejito, donde le cuenta los problemas que ha tenido con un oso polar despistado que le enreda las cosas o como los renos se equivocaron en el camino, los duendes que se niegan a fabricar barbies y porque no le gustan los juguetes bélicos.

Y nuestros amigos... durante estos días iran recibiendo esta tarjeta... con un saludo de parte nuestra.

Paz en la tierra y sabiduria en los corazones es mi deseo para este mundo.

[Hijo de Caín]

Posteado por Cainista el viernes, diciembre 24, 2004 a las 11:06 p. m. |