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Peces

No puedo admitir que los sueños
sean privilegio de las criaturas humanas.
(El sueño de los peces, Evo Lido)



Es un día de locos, como todos los días en un hospital. No he podido dejar de correr de un lado a otro y al menos tengo la satisfacción que mi trabajo esta al día y estoy corriendo un poquito más para ayudar a mis colegas.

Una paciente llega con un acuario. Tiene unos peces hermosos, me fascina verlos como diamantes plateados dentro del acuario y pienso que en mis años de acuarista, nunca habia visto peces de agua dulce tan hermosos.
Regaño a la paciente, tiene demasiados peces para un acuario tan chico (más 30 peces para 15 litros) conversamos un momento y ella me pide que cuide sus peces, son su única alegría y ella va a operarse en minutos.

El día ya termina y he ido de un lado a otro con una sonrisa, esos peces me mejoraron el día. De pronto siento un ruido tremendo y salgo corriendo al hall... por el piso cae el agua y parece que el único ruido que se escucha es el de los peces saltando sobre el piso lleno de agua.
¡Hay peces por todas partes! Acabo de sentir algo bajo mi zapato y tengo la certeza que acabo de pisar un pez.
Le grito a mis colegas que traigan bolsas, que las llenen de agua y salven los peces, alguien trae una bolsa otro trae un frasco, los peces están por todos lados.
Cuando voy a poner peces en la bolsa, está rota y sin agua, los peces dentro de ella se ven doblados y muertos y alguien tropieza con el frasco y vuelve a tirar los peces al suelo.
Mis colegas siguen trabajando y pisando los peces, a nadie le importa y me siento un poco ridiculo tratando de salvarlos, pero en todo caso estoy acostumbrado a que la gente no entienda mis causas perdidas y se burle de ellas.
Alcanzo a salvar sólo a 2.

Es tarde, debi irme hace horas y estoy esperando a la paciente, en mis manos tengo un pequeño frasco con los dos peces y todavía quedan rastros del desorden. En el suelo pequeñas manchas de sangre.
Un colega me dice que preparó un informe, que sólo tengo que firmarlo, en el colocó que no teniamos ninguna responsabilidad en el accidente.
Me enoje, le grito que si no coloca la versión exacta de los hechos, incluyendo mi responsabilidad en el accidente, renuncio.
Mi colega se pone a escribir el informe corregido, y sólo entonces me doy cuenta que estoy llorando... me doy cuenta que lloré en todo momento mientrás trataba de salvarlos.
Y despierto
Llorando

Del Escritor

  • Es Cainista
  • Escribiendo desde el ombligo
  • Creo que la verdad es una mujer muy fea, que las palabras lindas no siempre son ciertas, que lo cierto no siempre lastima y que hablar bonito no significa hablar bien. No busco la felicidad si se esconde detras de una mentira.
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