Como boca de lobo
Parado frente al escenario, mientras 70 personas esperan que les demuestres lo que sabes o ignoras. Curiosamente el miedo rescinde mientras muestras una presentación que preparaste apenas 2 horas antes, recordando que el orador principal, Diputado de la Nación y autor del proyecto de ley del que vas a hablar, te llamo hace 1 hora para preguntarte si podia juntarse contigo antes para revisar sus apuntes. Recuerdas el vacio en el estomago, parecido al que sentias cada véz que te decias a ti mismo que saltar 80 metros es como caer de la cama.. pero más largo. Y comienzas a hablar del proyecto de ley que ayudaste a redactar y del que no sobrevivio más que tu definición técnica, defendiendo algo que estás más obligado que motivado.
Recuerdo el chiste a tiempo, pero solo se escuchan un par de risas nerviosas.... y de pronto me doy cuenta que no es importante... que esto no es tan importante cuando lo miras en perspectiva.. respiro profundo y me olvido del público... y doy mi charla, sin dudas, sin titubear y como si estuviera entre amigos.
Al terminar escucho los aplausos y no me pregunto si son sinceros.
Recien entonces me doy cuenta que finalmente llego el diputado.
La presentación resulta ser un éxito y el diputado da una exposición que de verdad me hace envidiar su capacidad para mostrar un tema del que yo estaba seguro que no tenia idea. Con palabras dibuja un escenario que se superpone al que nos prestaron y consigue que la gente se inscriba con el proyecto de ley, con las reuniones futuras y con los grupos de usuarios.
La gente de la Universidad se acerca a felicitarnos y un par de periodistas despistados quiere entrevistarme a mi pensando que soy el que dirigue el CDSL.
Al otro día recibo 4 correos de criticas, 2 de quejas, 5 disculpas por no asistir y una invitación de un lobbysta de Microsoft... y se me viene a la memoria la frase del Quijote "si los perros ladran, es señal cierta de que avanzamos".
Y empieza asi una extraña semana, de llamadas curiosas, amigos que no sabia que tenia y de pronto los que eran aliados no están de acuerdo conmigo...
Hace años, en la epoca militar, mi papá me fue a buscar a Temuco al juzgado donde me citaron por desorden en la vía pública. En esa epoca podian acusarte de cualquier cosa, aunque te sacaran de la cama. Yo era un activista muy conocido pese a mis 16 años. Conversamos largamente y recien me entere que los habian allanado.
Hasta el día de hoy he cumplido la promesa que me hice ese dia sentado en esa banca de madera esperando que un juez dictara una sentencia predecible.
Y veinte años despues, sigo siendo madera y siento el fuego.. pero ahora soy madera de pared.
Sentado, mirando aun esa tarde oscura y ese pasillo oscuro como boca de lobo.
Artículo en revista Mouse de La Tercera
¡interesante el resumen y las fotos! particularmente una... y tener la sensación de haber podido reconocer. y sorprenderse. oh oh.
;-)
Fue lo que dijo Anónimo | 21 septiembre, 2004 15:47